Fracturas de mano y muñeca
Las fracturas de la muñeca y la mano pueden ser muy diferentes en función de la edad del paciente y por tanto de la calidad del hueso, de cómo ha sido el traumatismo (si es de alta o baja energía) y de las necesidades funcionales de cada paciente. Teniendo en cuenta que nuestro objetivo es recuperar la función de la mano y poder volver a las actividades previas, aplicaremos a cada fractura y paciente la técnica más adecuada.
En fracturas de muñeca desplazadas, que afectan la articulación y con posibles lesiones de ligamentos asociadas, el tratamiento indicado será la reducción (recuperar la alineación de los fragmentos) y la fijación de los mismos, habitualmente con placas y tornillos, bajo control de artroscopia. En fracturas sin desplazamiento será suficiente con una inmovilización adecuada evitando las posiciones forzadas que pueden dar lugar a dolor, inflamación y rigidez de difícil tratamiento si esta inmovilización ha sido prolongada. Los controles clínicos son fundamentales tras una fractura de muñeca.
En cuanto a las fracturas de metacarpianos y falanges el tratamiento más frecuente es no quirúrgico. Si no hay un desplazamiento importante lo más habitual es una inmovilización corta, con yesos o férulas a medida, e iniciando la movilización articular lo más pronto posible. Si se trata de fracturas desplazadas, con lesiones importantes en la piel, tendones o estructuras nerviosas o vasculares, o los dedos no quedan bien alineados, el tratamiento será quirúrgico. Se deberán tratar todas las estructuras lesionadas y estabilizar las lesiones óseas para permitir la movilización temprana bajo la supervisión de los terapeutas de mano.