Es el cáncer más frecuente en el humano, especialmente en la raza blanca, con continuo crecimiento de su incidencia en las últimas décadas, involucrando a grupos de personas cada vez más jóvenes.
La principal causa de su aparición es la exposición crónica a las radiaciones ultravioletas (RUV).Es por eso que frecuentemente estos tumores se los encuentra en la piel expuesta a las mismas, si bien pueden desarrollarse en zonas ocultas como genitales y cuero, cabelludo con pelo.
En la actualidad se considera que 3 de cada 10 personas de raza blanca tienen la posibilidad de desarrollar un carcinoma basocelular.
Son tumores de crecimiento lento que excepcionalmente dan metástasis pero, sin tratamiento, puede crecer y ser agresivo localmente y extenderse a áreas próximas pudiendo de esta forma invadir estructuras vitales como el ojo, nariz, conducto auditivo, etc.
Existen factores de riesgo para padecerlo:
- Piel clara y ojos claros.
- Exposición crónica a RUV naturales o artificiales (camas solares).
- Antecedente de quemaduras sol.
- Localización geográfica con mayor intensidad de RUV.
- Disminución de la capa de ozono.
- Inmunodepresión.
- Genodermatosis. (enfermedades hereditarias que predisponen al cáncer de piel)
- Exposición al arsénico. (ingesta de agua con niveles elevados de arsénico)
- Exposición a radiaciones.
- Ulceras crónicas y cicatrices viejas.
Los signos clínicos que deben llamar la atención son:
- Lastimadura o ulcera que sangra y no cicatriza.
- Mancha rosada o área irritada que no desaparece.
- Bulto rosado de borde elevado que crece lentamente.
- Protuberancia o crecimiento de piel brillante.
- Cicatriz blanca donde no hubo lesión anterior.
Tratamiento:
Existen varios tratamientos para estos tumores, entre ellos: cirugía convencional, cirugía micrográfica de Mohs, curetaje y electrodisecación, criocirugía, radioterapia, imiquimod, terapia fotodinámica, laser, 5 fluoruracilo e interferón.